América Latina y el caribe


Resultado de imagen para america latina y el caribeDesarrollo económico de América Latina y el caribe.

La realidad está destruyendo en la América Latina, en la cual la división internacional sigue estando de manera doctrinaria después de haber adquirido gran vigor en el siglo XIX. La división internacional del trabajo   es aquella que corresponde al proceso de producción global entre países y regiones, mediante la especialización de la elaboración de determinados bienes. Los países de América Latina se enfrentan a un problema general muy vasto, compuesto por diversos problemas parciales que tienen que trazar un largo camino y sobretodo con la firmeza y la determinación para resolverlos, la industrialización de América Latina no es incompatible con el desarrollo de la eficaz producción primaria; al contrario, la misma contiene una de las condiciones esenciales para que el desarrollo de la industria pueda ir cumpliendo para lo que fue necesaria, las ventajas del progreso técnico se han concentrado en mayor parte en los centros industriales, sin traspasarse a los países que forman la periferia del sistema económico mundial.  (Dineno, 2008, p. 2)

Actualmente Estados Unidos es el centro cíclico principal del mundo, su influencia económica sobre los otros países es hace presente, y dentro de esa influencia, el constante desarrollo de la productividad de aquel país ha desempeñado papel demasiado importante. Ha afectado intensamente el comercio exterior a través de sus variaciones, el ritmo de crecimiento económico del resto del mundo y la distribución internacional del oro. 
Siendo así los países de América Latina con una fuerte influencia de comercio exterior son extremadamente sensibles a esas repercusiones económicas, el aumento de ingresos, provocado por la mayor productividad, se extiende, en más o menos tiempo, a toda la actividad económica, por el conocido proceso que no es del caso recordar. En algunos grupos sociales, el incremento ha ocurrido con gran lentitud; mientras tanto, el resto de la colectividad disfruta de ventajas que, conforme se fue produciendo el necesario ajuste, tuvo que ir cediendo a aquéllos. Pero los nuevos aumentos de productividad fueron compensando, generalmente con creces, lo que se iba transfiriendo a los grupos rezagados. 

La industrialización, al aumentar la productividad, hará subir los salarios y encarecerá relativamente el precio de los productos primarios. De este modo, al subir sus ingresos, la producción primaria irá captando en forma gradual aquella parte del fruto del progreso técnico que le hubiera correspondido por la baja de los precios. Es tanto más digno de reflexión este punto, cuanto que el mismo progreso técnico de Estados Unidos, tan superior al del resto del mundo, ha tenido por consecuencia otra desviación muy importante de aquellas reglas.

Pero el problema también se enfrasca en la inconsciencia típica de ahorro, en gran parte de América Latina. El ahorro significa dejar de consumir, y, por tanto, es incompatible con ciertas formas peculiares de consumo en grupos con ingresos relativamente altos. Es el aumento de la productividad lo que ha permitido a Estados Unidos y en menor grado a otros países industriales disminuir la jornada de trabajo, aumentar los ingresos reales de las masas y su nivel de vida, y acrecentar, en grado considerable, los gastos públicos. Todo esto, sin perjuicio de una ingente acumulación de capital.

Resultado de imagen para america latina y eeuuPolíticas de Estados Unidos para América Latina

A últimas décadas del siglo XX, los países latinoamericanos y el Caribe eran importantes en la política exterior de los Estados Unidos, debido: a la seguridad militar, a la solidaridad política, y al beneficio económico, definido entonces fundamentalmente en términos de las importaciones norteamericanas de materia primas y productos agrícolas de América Latina y de las inversiones de los Estados Unidos en la región., hay varios países latinoamericanos y caribeños que son importantes para los Estados Unidos, debido a los roles que ellos desempeñan o podrían desempeñar en ayudar a resolver, importantes problemas globales que los Estados Unidos no pueden manejar exitosamente por si solos, y para lo cual, la cooperación estrecha y sostenida por parte de socios regionales, es deseable o fundamental. Estos problemas incluyen el cambio climático y otras cuestiones ambientales; salud pública, narcóticos, crimen organizado y pandillas juveniles, seguridad alimenticia, protección del ciberespacio, reforma del comercio internacional y de los regímenes financieros; poner freno a la proliferación nuclear, lucha contra los movimientos terroristas internacionales.

El marco sugiere porqué administrar la relación con Brasil es una creciente prioridad en la política exterior norteamericana. Brasil es un importante escenario para las inversiones estadounidenses, del mismo modo que un substancial, y potencialmente más importante mercado de bienes y servicios, así como una fuente de energía potencialmente importante; y, especialmente, por la actual y en un futuro mayor significación de Brasil como actor global en el enfrentamiento con importantes desafíos que van del cambio climático a la proliferación nuclear, del comercio a la energía, del mantenimiento internacional de la paz a la gobernanza mundial. (Perez, 2015, p. 3)

La política del Gran Garrote
Lo que El Gran Garrote o The Big Stick buscó, fue construir y consolidar la hegemonía estadounidense en la región latinoamericana para monopolizar su control en las nuevas zonas de inversión, el mercado de materias primas y de mano de obra para el desarrollo de la economía emergente, en este contexto, Estados Unidos utilizó la fuerza militar como mecanismo de dominación. Ocupó militarmente y colonizó posteriormente la República Dominicana, Cuba y Haití. Luego, dio apoyo al proceso separatista de Panamá de Colombia para construir y adquirir los derechos del canal de Panamá.

Resultado de imagen para guerra friaGuerra Fría
Este período fue dónde se dio lugar al protagonismo de dos grandes bloques el estadounidense, y por el otro, el bloque soviético. Lo que fundamenta esta segunda fase de intervención de Estados Unidos en América Latina es la "lucha" contra el comunismo y contra los países aliados de la URSS, durante décadas EE.UU. realizó golpes de estados a los gobiernos de la región mediante agentes de inteligencia y proyectos de intervención. Además, experimentó con la economía regional a través de la aplicación de recetas neoliberales impuestas por gobiernos de derecha, para entonces, EE.UU ya se aproximaba cada vez más a denominarse como una gran potencia mundial. Europa dejaba de ser el bloque dominante y EE.UU. ganaba terreno.
Resultado de imagen para globalizacion La era de la globalización
Finalizada la Guerra Fría, las relaciones diplomáticas de Estados Unidos hacia la región se modificaron. Producto de la gran crisis económica atravesada en la región durante la década de los 80, el sistema financiero internacional dirigido por EE.UU. intervino a través de recetas más sutiles, el "Consenso de Washington" fue la aplicación de una serie de medidas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM) para promover crecimiento económico con la participación de la banca privada en detrimento de las políticas sociales. Países de la región se declararon en bancarrota. Argentina, Venezuela, Brasil y México se proclamaron incapaces de cancelar el millonario endeudamiento con las transnacionales. El siglo XXI marcó el inicio de una nueva era en la región. La emergencia de nuevos liderazgos progresistas en Venezuela, Bolivia, Brasil, Ecuador, sumado a la aparición de nuevos mercados en las últimas décadas como lo son Irán, China y Rusia, y a la alta politización de las sociedades latinoamericanas han permitido un viraje en las relaciones con el gigante norteamericano. (Molina, 2014, p. 18)

Resultado de imagen para Bases Militares NorteamericanasBases Militares Norteamericanas en Latinoamérica
La presencia militar estadounidense en América Latina es el producto de diversas etapas del expansionismo estadounidense que se han yuxtapuesto hasta lograr una penetración militar, tan intensa como extensa, en la región. Estructura en permanente articulación según los diversos requerimientos y posicionamientos doctrinales de Washington.
Durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera del siglo XX América Latina pasó de la dominación británica (aunque también francesa y española) a la estadounidense. La expansión norteamericana, en ese periodo, se caracterizó por una fuerte intervención militar directa en muchas regiones del continente. Las intervenciones militares estadounidenses se orientaron o bien a la anexión de territorio o bien a la disputa por áreas de influencia con otras potencias coloniales en retirada (la guerra hispano-estadounidense tal vez sea el caso más paradigmático). (Damasco, 2017, p. 3)
Durante la primera mitad del siglo XX, y al ritmo de su emergencia como potencia, se produce una expansión más acelerada. Durante este periodo se reprimieron rebeliones y se sofocaros revoluciones liberales (la Nicaragua de Sandino es un claro ejemplo). A su vez se reorganizó el mapa estatal moldeándolo de acuerdo a sus necesidades políticas y económicas. Tal es el caso de la ocupación de Panamá en 1903 a fin de construir y dominar el canal marítimo de homónimo nombre. Quizás el momento culminante de este periodo sea la instauración de la IV Flota del Atlántico Sur en 1943, expresión global estadounidense (cada flota protegía y, en muchos casos aún lo hace, diversas áreas de influencia) y muestra de la capacidad de proyección militar que tuvo en el continente. si la primera centuria de nacimiento, auge y consolidación de la dominación estadounidense estuvo marcada por intervenciones militares directas, las etapas posteriores estarán signadas por intervenciones indirectas.
La noción de intervención directa o indirecta es una distinción analítica que no refiere a un proceso formal o jurídico. El carácter directo o indirecto no refiere únicamente a la naturaleza de las fuerzas que se utilizan sino también a la escala de la misma. La financiación durante los 60 y 70 de los contras es un ejemplo de injerencia indirecta; de igual manera la invasión de Bahía de los Cochinos se realizó a partir del entrenamiento y financiación de cubanos exiliados. No existe una clara línea de delimitación entre una intervención directa y una indirecta, pero implica todo un reordenamiento de las relaciones sociales en disputa y de las relaciones inter estatales. Así, el conflicto de Vietnam, por ejemplo, pasó de ser una intervención indirecta por parte de EE.UU. pertrechando a las fuerzas de Vietnam del Sur y abasteciéndolas de entrenamiento militar, hasta convertirse en un conflicto directo al aumentar el envío de tropas y sostener por ellos mismo el conflicto. Este tipo de acción fue típica del periodo de la Guerra Fría en que ambos bloques de poder (Estados Unidos y el bloque soviético) financiaban conflictos regionales otorgándoles un cariz global. (Damasco, 2017, p. 13)
Tras la Segunda Guerra Mundial y con la configuración de un mundo bipolar, los conflictos en América Latina se articularon bajo su lógica. Si hasta ahora las intervenciones estadounidenses se realizaban de manera directa durante los años 50, 60 y 70 se realizarán de manera indirecta. En ningún caso Estados Unidos utilizará los componentes militares en bases extranjeras de manera directa para sofocar rebeliones; incluso durante la Revolución Cubana el uso de las fuerzas apostadas en la isla será utilizadas únicamente para entrenar, financiar y abastecer a los grupos contrarrevolucionarios. La financiación a través de la CIA de grupos para estatales y el entrenamiento ideológico y militar de cuadros castrenses serán marcas de la época en el combate de las guerrillas comunistas y los gobiernos de características antiimperialistas que desestabilizaban la región según los parámetros de la gran potencia del norte. El alcance y expansión de movimientos revolucionarios en Latinoamérica hizo que, por primera vez, Norteamérica realizara una medida de carácter continental a fin de contrarrestarlos. La Alianza para el Progreso1 (1961-1970) pretendió contrarrestar, a través de un desarrollo económico limitado e impulsado por EE.UU, los diversos movimientos comunistas que estallaban en la región. En este sentido el intervencionismo estadounidense durante este periodo se focalizó en mantener su dominio ante la irrupción de diversos movimientos comunistas o antiimperialistas. Ya sea financiando, entrenando o pertrechando a personal militar y paramilitar en lo que se dominó proinsurgencia (Klare & Kornbluh, 1990) cuando carecieron del aparato estatal. Ya sea diagramando, financiando y entrenando lo que posteriormente se denominará terrorismo de Estado. Es necesario remarcar que durante este periodo las bases y asentamientos militares estadounidenses no fueron objeto de ataques efectivos que dañaron su estructura. Ni siquiera la Revolución Cubana pudo erradicar la base estadounidense de Guantánamo afincada en la isla desde principios de siglo.
Si exceptuamos la invasión de Granada en 1983 cuando la isla se declara socialista y la invasión de Haití en 1994, no hubo en el continente americano intervenciones directas en todo el periodo posterior a 1945 hasta el presente. Esto se debió en gran parte a la misma existencia de las bases que fueron y son un elemento disuasivo por sí mismo aparte de ser una especie de embajadas extraoficiales y centros de adoctrinamiento.
Tras la caída del bloque soviético, que implicó el fin del mundo bipolar, Estados Unidos se erigió como hiperpotencia (Méndez, 2011). En América Latina se encontraba bastante afianzada su estructura militar. Durante este periodo en lo político y económico se potenció el proceso de liberalización económica en algunas regiones; por ejemplo, en 1993 se creó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA por su acrónimo en inglés) y desde el 2003 se constituyó el Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos de América (TLC). (HispanTV, 2012, p. 8)
En el plano militar, las fuerzas se enfocaron rápidamente en la “guerra” contra el Narcotráfico dando un nuevo ímpetu a la estructura militar en la región. Es interesante observar cómo algunos sujetos bélicos de larga trayectoria han sido recategorizados una y otra vez de acuerdo a las concepciones del momento. Las FARCs han pasado de ser denominada como un movimiento subversivo a ser designada como un grupo terrorista sin olvidarse de señalarlas como asociación narcotraficante según corresponda. El traslado de una denominación a otra se produce a la ligera y sin mucha meditación.
Los EE.UU. habían dejado a criterio político del presidente colombiano lo relacionado con la clasificación de las FARC y su conexión con las drogas. Después de todo la misma agencia antinarcóticos estadounidense (DEA) había sido siempre muy lenta para aceptar públicamente la idea de que las FARC era una organización narcotraficante. Sin embargo, a partir del 11 de septiembre, cuando el terrorismo desplazó al narcotráfico como el enemigo número uno de los EE.UU., había sido demasiado que los EE.UU. ignoraran el carácter terrorista de estas organizaciones y que los colombianos le pidieran a los EE.UU. hacerlo. (Demarest, 2002)
Hacia fines de los noventa y bajo la administración de Clinton se ideó el Plan Colombia que dio un nuevo puntapié al ánimo intervencionista estadounidense. Con la intención de desarticular la producción de drogas en la región se articuló una campaña de fumigación de cultivos y persecución de narcotraficantes (incluidas las FARC). Se destinó inicialmente un presupuesto $ 4.500 millones de dólares para tal fin y para realizar tareas de desarrollo económico. Durante la administración de Bush se amplió el programa (a Ecuador y Panamá) y se lo denominó Iniciativa Andina contra las drogas con un presupuesto inicial de $ 676.000.000 millones de dólares. Según muchos analistas ambos planes no solo no produjeron una merma en la producción y distribución de drogas (mientras que la de coca tal vez haya bajado, la de opio y marihuana aumentó con seguridad) produjo una desarticulación económica al atacar al eslabón más débil del proceso, los campesinos; amén de las consecuencias ecológicas del rocío de glifosato.
Desde mediados de los años noventa Estados Unidos diseñó un plan regional político económico para la integración y liberalización de las economías dependientes bajo su influencia. Denominado Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) este plan estuvo en el centro de las preocupaciones estadounidenses para la región. Durante el 2004, la IV Cumbre de las Américas fue un momento decisivo ya que el ALCA como proyecto hegemónico estadounidense es desechado por la totalidad de los participantes en la cumbre. Paralelamente a ello se fue formando la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) hasta quedar formalmente constituida en 2008 e integrada en la actualidad por Venezuela, Uruguay, Argentina, Surinam, Perú, Paraguay, República Cooperativa de Guyana, Ecuador, Colombia, Chile, Brasil y Bolivia. En su breve historia el UNASUR, especialmente su Consejo Sudamericano de Defensa (CSD), fue vehículo para cuestionar la presencia militar estadounidense en la región.
El momento de mayor tensión se produjo en la III Cumbre del UNASUR del 2009 en Bariloche, Argentina, donde principalmente se cuestionó la legitimidad y función de las bases militares en Colombia y el lugar del golpe de estado en Honduras. Respecto a las bases es particularmente interesante el momento en que sucede el debate, para esa fecha ya estaba estipulada la salida de Estados Unidos de la base Manta en Ecuador (formalizada en septiembre de ese año); en reacción a esa salida y con intención de “suplir las funciones que venía cumpliendo la base militar en Manta” (Telma, 2012) se anuncia la creación de 7 nuevas bases en territorio colombiano. Supliendo y superando la pérdida de la base de Manta en Ecuador.
Brasil y Venezuela principalmente fueron quienes reaccionaron con mayor ímpetu ante dicha presencia, mientras que Uribe (fiel defensor de los intereses estadounidenses) justificó su existencia para combatir a las drogas y a las FARC. En términos concretos, y pese a los aireados debates, la cumbre del UNASUR no torció el crecimiento militar estadounidense en la región ni hubo acuerdos respecto al golpe militar en Honduras. Pero, de todas formas, sedimentó un delineamiento regional claro de los peligros que representa la presencia militar estadounidense en la región. Pese a que son fenómenos que se han producido recientemente, por lo cual es difícil evaluarlos o proyectarlos en el futuro, creemos que delimitan el trazado de ciertas tendencias de acción estatal en curso que ocuparán el centro de los debates interestatales en el futuro.
En la misma época se reactivó, después de más de 50 años, la IV Flota de los Estados Unidos para el patrullaje de América en julio de 2008. Es necesario señalar que la reactivación de la IV flota se da en un momento de fuerte crítica a las bases militares en la región; de hecho, fue uno de los catalizadores para la creación del Consejo Sudamericano de Defensa del UNASUR. A su vez, la IV flota se despliega casi paralelamente a la presentación de la doctrina de defensa brasileña y el anuncio del descubrimiento de pozos petroleros en su territorio.

Conclusiones:
·        -  Amèrica Latina y el Caribe conforme al paso de los años ha ido evolucionando de manera económica en la producciòn y el turismo, sin embargo no es suficiente y hace falta buscar más recursos para poder acelerar el desarrollo de cada país.
·      
·          - En Latinoamerica existen paìses con un desarrollo realmente significativo y paìses que han sufrido crisis econòmica y social, tal es el ejemplo de Chile como referencia de crecimiento econòmica y Venezuela como referencia de crisis económica

·         - En Latinoamèrica y el Caribe el movimiento socio-político que predomina es la del Sistema Centro Izquierdista, que apoya la igualdad social y de igual manera enfoca sus ideales en la productividad, es decir abarca el desarrollo social y económico, sin embargo, existen paìses que tienen una inclinación definida hacia otro tipo de movimiento. 

Referencias Bibliogràficas:

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